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La espiritualidad en la nueva escuela

Las familias pueden ayudar a sus hijos a tener éxito en aprender a distancia.

Katherine Santos estudia a distancia (imagen proporcionada por los testigos de Jehová)
Katherine Santos estudia a distancia (imagen proporcionada por los testigos de Jehová)

La luz matutina resplandece en el hogar de la familia Santos e ilumina la habitación en donde se encuentra el escritorio de Katherine, de 14 años.

Al igual que Katherine, muchos jóvenes y niños ahora reciben su educación en comedores, cocinas y habitaciones, es decir, en la nueva “escuela”.

Cuando las escuelas cerraron sus puertas debido a la pandemia del COVID-19, muchas familias de testigos de Jehová convirtieron el desafío de estudiar a distancia en una oportunidad para ampliar la educación de sus hijos con actividades espirituales.

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“La pandemia trastornó nuestro entero sistema educativo”, dijo Greta Hawkins, directora de una escuela primaria. “Los padres tienen que reconocer que ahora más que nunca tienen que tomar un interés proactivo en la educación de sus hijos”.

Para muchos padres acostumbrados a mandar a sus hijos a la escuela cada mañana, asumir un papel más activo en la educación de sus hijos ha sido uno de los retos más difíciles de esta “nueva normalidad”.

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Al principio de la pandemia, la familia Santos estaba un poco preocupada. Lucy Santos, quien asiste a la congregación de los testigos de Jehová en Metairie con su familia, nunca se imaginó que algo así sucedería y comentó sobre lo difícil que fue estar completamente encerrados. “Al principio no conocíamos el programa escolar de nuestra hija. Todo era completamente nuevo”, mencionó su esposo Martín. Debido a la pandemia, las hijas de la familia Santos, Katherine, de catorce años, y Viviana, de diecinueve, de repente se quedaron confinadas en casa. Viviana estaba por terminar su último año escolar.

Los Santos no eran los únicos que se sentían así. Javier y Carolina Meza también se sintieron estresados cuando empezó la pandemia. Ellos también asisten a la congregación en Metairie con su hijo Javier, de dieciséis años. “Era difícil al principio porque los jóvenes, por lo general, prefieren ir físicamente a la escuela”, explicó el padre. A pesar de los retos, las nuevas circunstancias han permitido que esta familia incluya actividades espirituales como parte de la educación diaria de su hijo.

Aunque la familia Meza siempre ha disfrutado de pasar tiempo junta, la cercanía constante en estas circunstancias había provocado un poco de fatiga pandémica y familiar. Javier, el padre, dijo: “Leímos juntos como familia un artículo en línea sobre ‘Cómo combatir la fatiga pandémica’, y nos ayudó muchísimo. Todo mejoró después de eso. Era [justo] lo que necesitábamos”.

Algunas familias han descubierto que la mejor educación ocurre más allá de las paredes de su “escuela”; los educadores la describen como aprendizaje auténtico o basado en proyectos. Este método de aprender haciendo “requiere desarrollar la destreza en pensamiento crítico, solución de problemas, colaboración y varias formas de comunicación”, según PBLWorks, una organización no lucrativa enfocada en el aprendizaje basado en proyectos.

Puesto que el aprendizaje a distancia limita el tiempo que los jóvenes y niños dedican al arte, la música y otras materias optativas, los miembros de la familia Santos hacen proyectos juntos. A Katherine y a Viviana les encanta pintar y dibujar. Han hecho tarjetas para animar a los que asisten a la congregación. Lucy menciona: “Nunca en mi vida había dibujado. Ahora sé un poco”.

Por otro lado, los Santos se sientan regularmente como familia para jugar algunos juegos bíblicos de personajes de la Biblia y lecciones prácticas sobre algunas escrituras. En ocasiones actúan las escenas con vestimenta u otros utensilios de la época. También aprovechan las películas disponibles en el sitio jw.org.

“Los padres que son Testigos se hacen cargo de la educación de sus hijos de una manera digna de
imitar, quizás porque siempre han tenido un programa educativo estructurado para sus reuniones de congregación”, dijo la directora Hawkins, quien también asiste a una congregación de los testigos de Jehová.

A pesar de las circunstancias, el aprendizaje a distancia ha permitido que la familia Meza conviva más. Cuando es posible, visitan parques estatales y pescan. Al igual que ellos, la familia Santos ha aprovechado bien el tiempo. Salen a caminar y pasan tiempo en su jardín. Martín dice: “En vez de hacer que nos distanciemos como familia, esta pandemia ha hecho que estemos más unidos”.

Para la familia Meza es importante proveer una educación estructurada, tanto en sentido espiritual como académico. “Al principio mi hijo no entendía mucho el aprendizaje a distancia. Pero ha podido sacar mejores notas que antes. Se puede concentrar más. Ahora quiere hacer el próximo año de forma virtual”, explica Javier.

La familia Santos comparte esos sentimientos. Katherine dice lo siguiente sobre su experiencia con la forma virtual de recibir clases: “Siento que no tengo tantas distracciones que cuando estaba en la escuela físicamente. Puedo prestar más atención y por lo tanto puedo participar más”. Sus padres dicen que ella ha podido mantener buenas calificaciones. Lucy agrega: “Al principio ella pensaba que no iba a poder seguir en la escuela de esta forma. Ahora es todo lo contrario. Las maestras están muy encantadas con ella”.

Hallará más información sobre cómo las familias pueden adaptarse a estudiar a distancia y sobre las actividades de los testigos de Jehová en jw.org, con contenido en más de mil idiomas.

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